INDEFENSIÓN APRENDIDA: LA SENSACIÓN DE QUE EL MUNDO NOS VIENE GRANDE.


    Cuando hablamos de Indefensión Aprendida nos referimos a la sensación subjetiva de que, hagamos lo que hagamos, no vamos a ser capaces de influir sobre nuestro entorno, de que no está a nuestro alcance cambiar las cosas negativas que nos ocurren y que tanto daño nos están causando. Afrontamos la vida entonces con pasividad y resignación, dejándonos sufrir con los brazos caídos y la cabeza gacha y los húmedos ojos apagados. ¿Para qué, si no sé hacer nada? ¿Para qué, si no soy capaz de nada?

    Esta sensación no nos alcanza de un día para otro, sin motivo y por sorpresa. Como su propio nombre indica, se va construyendo día a día, es fruto de un proceso de aprendizaje que dura mucho tiempo y en cuyo origen podemos encontrar un sinfín de circunstancias negativas que pueden o no coincidir en el mismo saco. Entre ellas podemos destacar:

- Haber padecido maltrato físico o psicológico, abusos o bullying sujetos a la arbitrariedad y maldad de otras personas. Es posible incluso que en algún momento de nuestra vida hayamos llegado a interiorizarlos como merecidos.
- Crecer en un entorno autoritario en el que nuestra opinión jamás era pedida ni tenida en cuenta.
- Haber empezado a socializarnos en un entorno de sobreprotección en el que jamás tuvimos la posibilidad de tomar decisiones ni de fallar para aprender y corregir.
- Haber desarrollado una muy baja autoestima a partir de mensajes de desprecio, de burla, de incapacidad o de inutilidad.
- Historial de fracasos repetidos y malas experiencias de afrontamiento.

    No resulta sencillo superar esta forma de afrontar la vida sin motivación, sin ganas y sin ilusiones, y se convierte en algo especialmente difícil cuando nos referimos a personas que han sido tratadas durante gran parte de su existencia como enfermas, débiles e incapaces, pero en PRISMA luchamos día a día para convertirnos en aurigas de nuestras propias vidas.

    Aspectos como aceptar, comprender, intentar, atrever, asumir, querer, afrontar, merecer o conseguir son claves para poder esbozar con propiedad y con una sonrisa términos como empoderar o resiliencia.





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